Estrenada en el 2020, The Witches (Las brujas) es una película dirigida por Robert Zemeckis, con guión del mismo Zemeckis, Kenya Barris y Guillermo del Toro, basada en la novela Las brujas (1983), de Roald Dahl.
Fuente de imagen: IMDB
Entre los actores que conforman su reparto destacan Octavia Spencer (la abuela), Anne Hathaway (La Gran Bruja), Stanley Tucci (el gerente del hotel), Jahzir Kadeem (el protagonista) y Chris Rock (el narrador). Distribuida por Warner Bros. Pictures, producida por Zemeckis, Jack Rapke, Del Toro, Alfonso Cuarón, Luke Kelly, junto con las empresas Warner Bros, ImageMovers, Necropia Entertainment, y Esperanto Filmoj.
Te dejo el trailer de la nueva adaptación:
Puedes leer la reseña de la adaptación de 1990, aquí.
Sinopsis
Tras la reciente orfandad, un niño
se muda a casa de su abuela. La tristeza que siente queda relegada cuando
descubre la existencia de unas criaturas al acecho. El viaje que parece
alejarlo a él y a su abuela del peligro, desencadena una serie de sucesos que
probarán su valentía y los vínculos fraternales.
Mi opinión
Esta adaptación intenta ser muy
fiel a la novela que la inspira, al punto de mostrar el plan de abuela y nieto
para acabar con la sociedad de brujas, algo que no se pudo apreciar en la
versión de 1990. Entretanto, agrega más escenas de los poderes de las brujas, así
como la amistad del niño con otros de su edad, elementos que dan cierto dinamismo
a la trama.
A diferencia de la película de
1990, dirigida por Nicolas Roeg, centrada en el horror -por la experiencia del
director con thrillers previos-, la de Zemeckis se enfoca en los géneros de
aventura, fantasía y comedia, dirigida a toda la familia, especialmente a la
audiencia infantil, lo cual lo aleja bastante del tono de la novela, con sus
advertencias acerca de los males del mundo.
Ubicada a finales de la década de 1960, en Alabama, Estados Unidos, la película de Zemeckis aborda temas como el racismo, gracias al cambio en la raza de abuela y nieto –con respecto a la obra literaria- quienes interactúan con varios empleados del hotel, de la misma raza que ellos, frente al escepticismo de un gerente caucásico. Las escenas del hogar de la abuela se desarrollan en un sector con carencias económicas, enfatizados en los recuerdos de su infancia, que muestran la marcada desigualdad que caracterizó el territorio estadounidense en el siglo XX, y que se mantiene en algunas zonas de ese país, incluso en la actualidad.
Aunque es destacable el diseño de
producción de Gary Freeman y el diseño de vestuario de Joanna Johnston, el
producto deja mucho que desear por los pésimos –y constantes- efectos de CGI
–en el que los personajes están mal iluminados-, los planos convencionales, y el
photoshop cerca del final, que, lejos de servir como guía esperada para el
espectador sobre el futuro de los personajes –como sucedió en la cinta de
comedia romántica Maid in Manhattan
(2002), por ejemplo-, se torna innecesario, elaborado con prisas, cuando la
escena anterior podía quedar como un cierre, no brillante, pero sí adecuado.
Entretanto, las escenas de persecución
no son realmente emocionantes; la trama está tan edulcorada que no hay
sorpresas; el protagonista sabe, de la nada, cómo afrontar todos los riesgos.
Los primeros veinte minutos de la
película son, sin duda, los mejores. No obstante, a partir de la aparición de ciertos
roedores, la cinta se vuelve una sucesión de extravagancias que la hacen
parecer, ante todo, un lamentable remake del filme de 1990. Otro grave problema
son todas las escenas de exposición, en las que el narrador y la abuela explican
lo que sucede, a cada rato, como si no confiaran en que su producto visual se pudiese
defender por sí mismo. Esto hace que echemos en falta el toque de Del Toro
guionista de joyas como La invención de
Cronos (1993) o El laberinto del fauno (2006).
Libro Vs. Película: (Algunos) personajes
Octavia Spencer como la abuela del protagonista. Spencer
es el “alma” de este filme. En la novela el personaje era más serio, protector
y viejo, que anima a su nieto con historias; en esta versión lo alienta con
bailes, cantos y comida, manteniendo el factor de protección fraternal. Además,
sus dolencias se deben a la presencia de las brujas, no por causas naturales
–como en el libro-.
Teniendo en cuenta que en el material
original la abuela no resalta como cocinera, podríamos preguntarnos si las
nuevas habilidades son un guiño a uno de los roles más famosos de Spencer: como
la cocinera Minny Jackson, en The help
(2011), película ubicada en los años 60, en Misisipi, Estados Unidos, y si
acaso también influyó en la escogencia del periodo histórico para la adaptación
–originalmente desarrollada en Noruega e Inglaterra-.
Lo cierto es que su naturalidad para interpretar el personaje, en la versión del inicio y del final de la película, le vale el calificativo de entrañable, valiente. Sin duda todos quisiéramos tener una abuela así.
No obstante, hay algo forzado en
su papel, esto se debe al guión, no a la actriz. En la novela la abuela se
limitaba a investigar sobre las brujas; en esta versión, los conocimientos del
personaje sobre la magia sorprenden bastante, especialmente porque, se supone, ahora
sólo es una curandera.
Puntuación: 9.5/10
Anne Hathaway como La Gran Bruja. En la novela, La Gran Bruja
era tan sensual como imponente, peligrosa. Para esta película la líder del
grupo es hermosa, fría, más bien incómoda, por las nuevas habilidades que tiene,
si bien tiene una edad más acorde a la de su contraparte literaria.
La versión de Hathaway para La
Gran Bruja recuerda inevitablemente a sus roles en los filmes Ocean´s 8 (2018) y The hustle (2019), en los que intentaba que sus personajes fuesen
tan hermosos como calculadores y cómicos, con resultados poco creíbles. Parece
que la combinación de astucia y sensualidad funciona más en sus
interpretaciones para filmes de drama, crimen y acción, como en El caballero de la noche asciende (2012),
en el que desempeña el magnífico rol de Gatúbela. Además de dicho problema, que
hace parecer sobreactuadas sus escenas en The
witches, busca con tanto ahínco dar miedo como la líder del aquelarre que
su personaje roza lo ridículo, especialmente notable porque se reduce la
participación de las demás brujas en escena, para darle preponderancia a ella.
Vale la pena rescatar el gran
porte que tiene la actriz como La Gran Bruja, no sólo por su elegancia nata,
sino por la estupenda elección del diseño de vestuario, hecho por Joanna
Johnston, quien ya había trabajado con Zemeckis en La muerte les sienta bien (1992).
Igualmente, hay que resaltar su
gran trabajo como actriz de doblaje en la escena en que el personaje tiene una
apariencia animal. Allí se dejó ver, por completo, sus dotes para la comedia
–cuando su enrevesado acento eslavo lo permitía, por supuesto-.
Puntuación: 6/10
Jahzir Kadeem como el protagonista, en su versión infantil. En la
novela, el carácter de este niño evoluciona; pasa de la reserva y la
curiosidad, hasta la aceptación de su nueva condición y un afán por la aventura.
En el filme… se trata de un joven que pasa de la tristeza absoluta -bien
mostrada, por cierto-, luego una curiosidad sobreactuada, hasta llegar a la
repentina inteligencia para resolver todos los problemas, al ocurrírsele planes
elaborados en microsegundos. El arco del personaje no es verosímil. De hecho,
los únicos momentos en que, como espectadores, empatizamos con él son cuando
interactúa con la abuela, pues se nota la naturalidad entre ambos.
Puntuación: 3/10
Kristin Chenoweth como la voz de Daisy. Daisy es una ratoncita con la que
juega el protagonista antes de llegar al hotel. Más adelante nos enteramos de
su verdadera identidad y la razón del cambio físico; este personaje es un
agregado respecto al libro. Desafortunadamente su papel se resume en una
constante reprimenda a dos personajes, al principio un poco gracioso –en
inglés-, hasta que el chiste se repite demasiado. Su inclusión en la trama deja
de tener pronto sentido, remarcado cuando no se hace más referencia a ella
cerca del final.
Puntuación: 2/10
Codie-Lei Eastick como Bruno Jenkins. En la novela, Bruno era un niño desagradable y
glotón; en la película del 2020 se mantiene su gula, pero se suaviza su trato
hacia los demás, volviéndolo un pequeño mimado, con carisma y que esconde ahora
un buen corazón. En lo personal, me gustó mucho el giro que le dieron a su
personaje, incluso con quién se queda tras los problemas con La Gran Bruja…
hasta que, cerca del final no hay referencias sobre él en su etapa adulta, similar a lo que sucedió con Daisy (Kristin Chenoweth).
Puntuación: 9/10
Stanley Tucci como el Sr. Stringer,
gerente del hotel. En la novela, el gerente interrumpía a menudo la
tranquilidad de abuela, nieto, y tenía problemas para entender a La Gran Bruja.
En su contraparte fílmica esto se cumple, incluso manteniendo el toque
distinguido del hombre en la novela –característica que, siendo honesta, no
logró mucho el actor Rowan Atkinson en el filme del 90-. El único inconveniente
con su personaje es que no tuvo más escenas, desaprovechando así las dotes
dramáticas y cómicas de Tucci.
Puntuación: 9/10
Chris Rock como la versión adulta del protagonista. En la
versión original de la película, en inglés, el inicio se vuelve, sin duda, algo
distintivo, con un narrador que usa un retroproyector frente a la audiencia. Lo
que parecía un interesante giro respecto al inicio de la obra literaria, pronto
se torna un elemento distractor, que se mantendrá en el intermedio y al final
del filme.
Esa distracción tiene bastante
que ver con la escogencia del narrador, cuya cadencia de voz es la misma que usó
para la serie Everybody hates Chris
(2005-2009), y para contar sus chistes en los shows en vivo o televisados.
Cuando vemos su apariencia adulta
en The witches, resulta un tanto
chocante, por los efectos especiales. Si se pasan por alto los errores en la
iluminación del personaje, puede resultar incluso entrañable o hilarante. Para evitar spoilers no
muestro la apariencia del personaje, sino una foto promocional del actor, ya
que el filme se estrenó hace pocos días.
Puntuación: 4/10
En la novela, la abuela cuenta
varias maldades de las brujas, lo
cual permite aumentar el miedo hacia todo su grupo, antes de conocer a su líder.
En la película, se vuelven un telón del fondo, del que sólo destaca La Gran
Bruja (Anne Hathaway). Y la escena en la que aparece una bruja cerca del
protagonista, antes de su llegada al hotel, ocurre tan rápido que no da tiempo
de que el espectador tome consciencia de la amenaza.
Puntuación: 1/10
Antes de cerrar, les dejo la lectura de Stanley Tucci del primer capítulo de Las brujas, de Roald Dahl, video que conmemora el Día Mundial del Libro (5 de marzo) y que sirvió además como promoción para la película del 2020. (¿Soy la única que cree que habría sido un excelente narrador del filme, en vez de Rock?):
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